Diario La Nación - Argentina
Para Kamame Hayashi, padre del popular robot social Pepper, un androide puede despertar la empatía de un ser humano y remediar la soledad. Estas son las bases de su nuevo proyecto, que busca ser capaz de cumplir con estos objetivos en los hogares.
Pepper salió a la venta en 2015 y se lo considera como el primer autómata capaz de interpretar las emociones y el lenguaje humanos y se ha convertido en uno de los rostros más reconocibles de la vanguardia tecnológica de Japón, donde se le puede ver interactuando con personas en muchos establecimientos comerciales.
"Fue un enorme paso adelante en la robótica y demostró que el mercado de los autómatas domésticos tiene un gran potencial", afirma orgulloso su creador desde su oficina de Akihabara, un barrio tokiota conocido por sus tiendas de electrónica, videojuegos y manga.
Para Kamame Hayashi, padre del popular robot social Pepper, un androide puede despertar la empatía de un ser humano y remediar la soledad. Estas son las bases de su nuevo proyecto, que busca ser capaz de cumplir con estos objetivos en los hogares.
Pepper |
"Fue un enorme paso adelante en la robótica y demostró que el mercado de los autómatas domésticos tiene un gran potencial", afirma orgulloso su creador desde su oficina de Akihabara, un barrio tokiota conocido por sus tiendas de electrónica, videojuegos y manga.