Acogedoras clínicas para enfermos de cáncer

Estar enfermo de cáncer y bajo tratamiento es una experiencia muy desagradable.
Sin embargo, es menos malo si puede concurrir a alguno de los nuevos Centros de Cáncer que actualmente se están difundiendo.

Obra de Snøhetta, Arquitectos de Oslo, Noruega

Se trata de los Centros Maggie, edificios generados por una organización que intenta poner los intereses de los pacientes en primer lugar, para tratar de crear un lugar mas hermoso.

La fundadora de todo esto se llamaba Maggie Keswick Jenks, y la idea surgió cuando ella misma estaba tratada por cáncer.


Diseñadora de jardines, casada con Charles, un renombrado teórico de la arquitectura, reconocieron la necesidad de lugares donde la gente podía ir durante su tratamiento, para aliviar a su entorno. Esta idea se convirtió en un modelo para un ¨Centro de cuidado del Cáncer¨ que funcionaría como un refugio donde los enfermos sean tranquilizados e informados sobre todo después de su diagnóstico. Porque es el tipo de noticia que suele cambiar la vida.

Obra de Rem Koolhaas

Y ésta ONG tiene un valor adicional. Pues teniendo fluidos contactos con los mejores arquitectos del mundo, inició una campaña para obtener de ellos su colaboración gratuita y, así, las grandes firmas han asumido el reto de diseñar edificios únicos. Lo hacen de forma altruista, y convencidos que los ambientes y espacios inspiradores minimizan el estrés de los pacientes.

En 1996 el arquitecto escocés Richard Murphy firmó el primer edificio en Edimburgo, donde Maggie había sido tratada. En la actualidad existen 18 Centros en el Reino Unido. Norman Foster es el autor del último, inaugurado en Manchester en abril de 2016, pero también en Hong Kong hay uno, con la firma de Frank Gehry, en Japón se acaba de abrir otro y en Barcelona han dado inicio a las obras del primero de España.

Estudio dRMM en Oldham, Manchester

Su propia experiencia la convenció que las personas no debían perder la alegría de vivir ante el miedo a morir. Y decidió ayudarles.

Porque ella reconocía el gran trabajo de las unidades de oncología de los hospitales, pero creía también en la necesidad de otros cuidados. Pensaba en sumar otro tipo de atención con un enfoque emocional.

El centro en Dundee en el 2003 fue el primer trabajo de Frank Gehry, pero también Zaha Hadid, Richard Rogers o Kisho Kurokawa integran la nómina de creadores que respondieron con un sí ante el llamado de los Centros Maggie.

Algunos de ellos también han vivido la enfermedad. Cada uno es diseñado teniendo en cuenta la localización y posibilidades del entorno. Todos son únicos, aunque comparten cualidades y espacios. Importa el continente tanto como el contenido. Nada en su interior recuerda a un hospital. Es como una casa acogedora, cálida y abierta. Con mucha luz y texturas y colores cuidadosamente seleccionadas con criterios de bienestar.

Centro en Dundee, Escocia, por Frank Gehry

Los pacientes y familiares se acercan a los centros Maggie justo tras recibir el diagnóstico, antes o después del tratamiento. Por ello es importante la ubicación cercana a un hospital. En 2015, unas 200.000 usuarios visitaron alguno de los centros. Todos, de forma gratuita, reciben apoyo práctico, emocional y social en manos de un equipo multidisciplinario altamente cualificado. Son terapeutas, psicólogos clínicos y especialistas en la enfermedad que han diseñado un programa de actividades orientadas a facilitar el bienestar psicológico. También se imparten sesiones sobre nutrición y cocina, clases de taichí y asesoramiento para introducir la actividad física y el deporte. Talleres de relajación o de escritura creativa para reconocer y canalizar las emociones.

La actividad en los Centros Maggie gira en torno a una gran y confortable mesa en la cocina. Es el corazón, el lugar de encuentro y en el que se establece la charla, como si se tratara de la casa de un amigo. Junto a la cocina hay salas amplias para actividades en grupo o pequeños espacios para una conversación mas íntima.

Todos los Centros Maggie tiene jardines, y éstos también han sido cuidadosamente diseñados para crear espacios de calma y tranquilidad. En muchos casos, son diseñados por reconocidos expertos en la materia. Y todos inspiran un renovado sentido de esperanza y optimismo en sus visitantes.