En EE.UU existen varias organizaciones creadas especialmente para proveer ayuda a las personas mayores que quieren seguir viviendo de forma independiente en su hogar.
Los servicios de auxilio suelen incluir compañía, conversación, planificación de comidas y limpieza de la casa, así como cuidados para enfermos del mal de Alzheimer y otras demencias. Por una cuota anual, esas comunidades ayudan a los ancianos a gestionar las tareas del hogar, y organizan su transporte cuando ya no pueden conducir.
Si alguno de mis lectores necesita mayor información respecto de esas organizaciones, aquí les suministro algunos nombres y direcciones web:
1. Lotsa Helping Hands asesora a los interesados en crear una comunidad de voluntarios diseñada para ayudar a los ancianos con las tareas diarias.
2. Community Care ofrece prácticas y servicios de apoyo no clínicos, tales como colaborar con el médico o la preparación de comidas.
3. Caring Companion Connections ofrece ayuda con las tareas diarias, como hacer mandados y el cuidado personal, además de la preparación de informes diarios de situación (por internet) para miembros de la familia.
Creación de una “Aldea”
Ya hay 50 de estos grupos sin fines de lucro funcionando en todo ese país, con 100 más en preparación - y es una tendencia que se espera que gane fuerza a medida que se acelere el proceso de envejecimiento. Los organizadores de estas “Aldeas” dicen que la clave es la capacitación a las personas mayores para que pidan ayuda, algo que no es fácil.
"Nos pasamos la vida desde la infancia escuchando: "Hay que ser independientes, hacer todo por nosotros mismos" - dice Gail Kohn, director ejecutivo de Capitol Hill Village en Washington, DC - “entonces es cuando llegamos a un cierto punto en que necesitamos decir: "Queremos que USTED lo haga"… “Eso es ajeno a todos nosotros, y se siente como una dependencia ".
En tres años, Capitol Hill Village ha registrado 350 miembros. La tarifa de $ 500 a $ 800 anuales sirve para pagar el trabajo de un pequeño equipo que ayuda a coordinar una larga lista de voluntarios.
La oficina de la organización está en un sótano prestado, donde se mantiene abierta una línea telefónica de ayuda durante las 24 horas. Una de las llamadas era para conectar a un miembro con un limpiador de alfombras, seleccionado por sus precios razonables y fiabilidad. En otra llamada, se contactó a un voluntario para que riegue el jardín de alguien. Los organizadores subrayan que ninguna tarea necesaria es demasiado pequeña.
Muchas aldeas están en los barrios más acomodados, pero el Capitolio Hill y otros grupos suelen utilizan las donaciones privadas o de dinero público que obtienen para poder ofrecer una tasa de descuento anual a los que lo necesitan.
Casi un tercio de los voluntarios tiene menos de 30 años. Un miembro dice que la ayuda tecnológica que pueden ofrecer es de gran necesidad para los ancianos: arreglar una computadora, o programar un reloj, o “¿Por qué es que no puedo descargar esto? "
La ayuda en la movilidad es también muy popular. La aldea coordina el transporte a sus citas médicas, la tienda de comestibles y el aeropuerto. Se han enviado voluntarios en un largo paseo en la ambulancia cuando los miembros han tenido que ir a la sala de emergencia. También hay salidas regulares para eventos sociales, además de actividades orientadas a mantener a los miembros en forma.
La Aldea incluso patrocina una clase mensual en el sótano de la biblioteca local. El objetivo es ayudar a prevenir peligros en la ducha o una caída por las escaleras.
El ejercicio, la tecnología y el ayudar a ir en coche pueden parecer cosas pequeñas, pero sumadas, esos apoyos pueden tener un enorme impacto. Los miembros afirman que esto puede hacer la diferencia entre sentir la necesidad de internarse en un geriátrico, o tener la confianza suficiente para permanecer mas tiempo en su propia casa durante unos meses, o incluso años extra.
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