19 de diciembre de 2009

Depresion y como evitarla

(Incluye fragmentos extraidos de http://www.efdeportes.com/)


Los cambios durante el envejecimiento exigen adaptaciones emocionales significativas. La forma en que cada sujeto se ajuste a las modificaciones físicas, intelectuales y sociales implicará un envejecimiento saludable o repleto de complicaciones. Las pérdidas físicas, como disminución de la audición, visión, fuerza y flexibilidad, las alteraciones a nivel mental, modificaciones en la creatividad, memoria, atención e iniciativa, están asociadas a la pérdida, y por consecuencia a la vejez.

La presión de esos cambios sumados a la gradual pérdida de familiares, amigos, cónyuge, fin de la edad reproductiva, falta de motivación para el futuro y la soledad, pueden acelerar el desarrollo de enfermedades, como la DEPRESIÓN.



Los síntomas son diversos y van desde la tristeza permanente a dolores físicos crónicos que no responden al tratamiento de rutina. Es común que la depresión esté acompañada por otras enfermedades, como trastornos de ansiedad. También es posible que esas enfermedades sean asociadas a otras complicaciones, como el estrés post-traumático y trastorno obsesivo-compulsivo, entre otros.


El mundo cultural del individuo y la forma como él se maneja, influyen en la manera como éste siente, piensa, o sufre. La formación del ser humano resulta de sus relaciones interpersonales y también qué enfermedades podrá sufrir. Hay predominio de algunos síntomas depresivos en sociedades industrializadas, en tanto los que prevalecen en las sociedades rurales, son otros.

El cuadro depresivo es representado por diversos síntomas: disturbios de sueño, falta de apetito, desesperanza, pérdida de placer en la realización de las tareas diarias, dificultad cognitiva, humor depresivo, entre otros.

En este camino, varias investigaciones revelan que la práctica de actividad física proporciona bienestar y beneficios a la calidad de vida del anciano, además de los beneficios socio-psicológicos. Se puede comparar la actividad física a un antidepresivo de intensidad moderada.

El proceso de actividad física, sea de corta o larga duración, causa bienestar mental y mejora psicológica. La actividad física es causadora de una mejora en la auto-estima que causa beneficios en la hipertensión, osteoporosis y varios trastornos psiquiátricos. Es una manera efectiva como otras formas de psicoterapia para el paciente depresivo.

Existen varias hipótesis sobre su acción, citamos algunas: el aumento de los niveles de endorfina como causa de sentimientos de euforia y mejora del estado de ánimo; aumento del flujo de sangre en regiones del cerebro que regulan las emociones; influyen en el sistema que corresponde a las funciones dirigidas a respuestas de estrés del cuerpo, como también el aumento de los neurotransmisores, dopamina, norepinefrina y serotonina, mejora de la autoestima, de las relaciones sociales, y además ocurre una distracción de las preocupaciones.

Un factor que está influyendo de forma relevante en el aumento de la expectativa y de la calidad de vida de la población es la actividad física sistemática y bien dirigida, educando e incentivando la voluntad de los practicantes, así como sus capacidades físicas. Estas ejercen un importante papel en la personalidad y en el mejoramiento del organismo. Es notable el avance de la Educación Física con el fin de desarrollar la salud de los ciudadanos.



El siguiente es un estudio sobre la efectividad de la actividad física como herramienta contra la depresión.
Fueran evaluados en este estudio 266 personas, del sexo femenino.
Para evaluar los niveles de depresión fue utilizado el Inventario de Depresión de Beck, la versión en portugués fue validada por Gorenstein et al., (1996). La escala original de evaluación es compuesta de 21 ítems, los cuales evalúan síntomas y actitudes que varían en una escala de puntuación de 0-3.
Con referencia al nivel de actividad física habitual, se nota que la mayor parte de la población anciana entrevistada es considerada físicamente activa (75,6% n=201) y no activa (24,4% n=65).



En la población estudiada 77,1% de las ancianas activas no sufren de depresión, mientras que en el grupo de no activas 63,1%. Las mujeres que presentan síntomas de depresión leve son 21.9% en el grupo de activas, mientras que en el grupo de no activas el porcentaje es de 29,2%.
A través de los resultados del test Ji-Cuadrado se verifica que existe una asociación significativa entre el grado de depresión y el grupo de no activas. Se observa que el grupo activo está significativamente asociado al grado sin depresión, en tanto el grupo no activo al grado de depresión moderada en nivel de (p=0,005).



Conclusiones

Gran parte de las ancianas investigadas realizaban actividades que las clasifican como activas, principalmente como medio de transporte y tareas domésticas. Una reducida cantidad de ancianas practican actividad física regular y orientada.
Las ancianas practicantes de actividad física presentan niveles de depresión menores que ancianas no practicantes.

¿EN QUE MANERA PODEMOS COLABORAR CON ESTAS ESTRATEGIAS EN NUESTROS PROYECTOS?. El diseño de las viviendas individuales, o los conjuntos para viviendas protegidas deberán tener muy presente esta cuestión, y disponer adecuados espacios y posibilidades de actividad física.
Nuestros usuarios las disfrutarán, y además vivirán mas y mejor!!

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