18 de diciembre de 2009

Previendo el futuro

Cuando se habla de explosión demográfica se piensa en niños, sin recordar que gran parte del crecimiento se debe al AUMENTO DEL PROMEDIO DE VIDA, porque en realidad la tasa de natalidad decrece continuamente. (En América Latina por ejemplo, bajó un 40% en los últimos 25 años.)

Hacia mediados de siglo la población de ancianos será mayor que la de jóvenes menores de 15 años: 112 cada 100 en América Latina. Y 148 cada 100 en América del Norte. En Argentina las personas que actualmente tienen más de 60 años ya representan el 18% de la población, y llegarán a UN CUARTO en algunos años.

¿Dónde y cómo vivirán esas personas? ¿Quién cuidará de ellas?...


Nunca, en la historia del mundo, ha existido una población de ancianos de tal magnitud. Piensenlo. Un anciano cada cuatro personas. Con otras proporciones, si no era posible conservarlo en la independencia de su hogar, siempre había alguno de los hijos que podía recibirlo. Pero ahora, en poco tiempo podríamos tener un anciano en cada casa. Y muchos de ellos, tal vez un tercio o mas, podría estar sufriendo alguna clase de enfermedad o discapacidad…

Y el tema me obliga a ingresar en la cuestión de la salud. En este sector etario, el concepto de salud en los ancianos incluye la conservación de su capacidad funcional.

Y los datos son preocupantes: En personas mayores de 65 años un 28% tiene alguna clase de discapacidad. A los 75 años, ese porcentaje se eleva al 38%, con una mayoría de problemas de visión o dificultades motrices.

Las enfermedades mentales, que oscilan entre el 5 y el 10% en las personas de hasta 75 años, trepa hasta el 20 y aún el 30% en las personas mayores de esa edad (el Alzheimer representa un 55% de los casos).

Esa enorme y creciente carga de dolencias invalidantes obligará a multiplicar servicios de atención intensiva y seguramente afectará a todo el sistema de salud.

Es urgente anticipar ese problema con medidas que procuren mantener la capacidad funcional de los ancianos, prolongando su vida útil y disfrutable, y protegiéndolos de los factores que yo denomino “asesinos silenciosos” que provocan o agravan esas dolencias.
¿Cuáles serían esos ASESINOS?

LAS CAÍDAS

LAS CAÍDAS son un fenómeno muy frecuente en las personas mayores y se han convertido en una de las principales causas de morbilidad y pérdida de calidad de vida, incluso de mortalidad, en este grupo de población, llegando a ser la primera causa de muerte por accidente.
La incidencia anual de caídas es alta y se prevé que cerca de un tercio (25-30%) de los mayores de 65 años se caerán en el curso del año y de éstos la mitad volverá a caer. Las caídas se concentran mas en edades avanzadas y afectan en mayor grado a las personas del sexo femenino.
La principal consecuencia de las caídas son LAS FRACTURAS. El índice de fracturabilidad aumenta exponencialmente con la edad y el sexo femenino, de forma que en mayores de 75 años el 40% de las mujeres que sufren caídas se fracturan frente al 27% de los hombres. (Entre sus factores de riesgo aparecen claramente definidos la disminución de la masa ósea asociada a la osteoporosis y, lógicamente, las caídas de repetición con traumatismos de bajo impacto)
En tan sólo el 8% de las caídas, los mayores pudieron levantarse por sí solos, mostrando esto una gran incapacidad para valerse por sí mismos para incorporarse tras sufrir una de ellas

SÓLO LA MITAD DE LOS ANCIANOS HOSPITALIZADOS POR UNA CAÍDA
ESTARÁN VIVOS UN AÑO DESPUÉS

El entorno proporciona el mayor número de factores de riesgo, y el adulto mayor tiene dificultades en superar una serie de verdaderas trampas que se crean al construir muchas veces nuestras casas o ciudades, sin aplicar conceptos básicos de accesibilidad.
De esta forma, en la vivienda se citan suelos irregulares, deslizantes, muy pulidos, alfombras no fijas, iluminación pobre o deslumbrante, cables u objetos no fijos, escaleras sin pasamanos, escalones altos, cocinas con mobiliario a altura inadecuada, aseos con suelo resbaladizo, sin asideros, sin superficie antideslizante en ducha o bañera, dormitorios con camas altas y estrechas, etc.

SOLEDAD
El segundo asesino silencioso es la soledad.

Investigaciones en instituciones inglesas demostraron que las personas en buenas compañías reducían hasta en un 50% la frecuencia de enfermedades. Estar con los demás y ser parte de un grupo social o familiar proporciona tantos o más beneficios para la salud que el ejercicio físico, muchos fármacos, o las dietas.

Sin embargo, no siempre la decisión de residir con miembros de la familia es un beneficio, porque ante la dificultad de acompañarlos en sus actividades y horarios suele producirse la retracción y el aislamiento. Y además, como un factor muy negativo, la gradual pérdida de intimidad y control de la propia vida.

Para las personas de la 3º edad lo ideal es mantener una vida con el mayor grado de independencia y seguridad posible para preservar su calidad de vida, y con una frecuente relación con otras personas con quienes compartir vivencias, intereses y contactos. Situación ésta que no siempre obtienen en el seno de una familia, aunque sea la propia.

VIDA ASISTIDA y DISEÑO UNIVERSAL

Una respuesta superadora a estos problemas, y de muy reciente desarrollo en los países mas avanzados en la materia, es el concepto de la “vida asistida”.

La VIDA ASISTIDA es una combinación de vivienda propia diseñada específicamente para solucionar los peligros de una casa tradicional complementada con servicios de apoyo personalizados y con un sistema básico de cuidado de salud para proporcionar asistencia y supervisión las 24 horas.
Podemos describirla rápidamente como un “apart hotel” con servicios específicos para un tipo particular de clientes, destinado a permitir el mayor grado de independencia y la mejor calidad de vida posible.
Las personas mantienen un adecuado equilibrio entre privacidad y socialización, con seguridad. Los residentes en este tipo de instalaciones, además de conservar su calidad de vida, suelen prolongarla en varios años por sobre el promedio general.

Un segundo concepto dirigido también a tratar esta problemática en forma general es el sistema de diseño arquitectónico llamado: DISEÑO UNIVERSAL.
Básicamente es un conjunto de normas de diseño que debería ser aplicado a toda clase de construcciones, con el objeto de hacerlas utilizables en todo momento por personas con dificultades visuales, motrices, de audición o deficiencias mentales leves.
Estas se aplican tanto en el diseño residencial como en el planeamiento urbano, y en algunos sitios ya está constituyendo el parámetro obligatorio para una construcción, bajo el concepto de que un diseño correcto desde el inicio tiene un costo del 10 y hasta 25% menor que el incorrecto con su posterior modificación.

CONCLUSION

Este tema todavía no ha ganado el espacio ni la importancia que merece en nuestro país. Tenemos la pésima costumbre de esperar a caer al agua para decidirnos a aprender a nadar. Mientras antes comencemos a diseñar nuestro futuro, menos costos y sacrificios pagaremos al final. Tenemos los problemas y las soluciones a la vista. Solo tenemos que decidirnos a actuar.

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