29 de marzo de 2011

Anteojos electrónicos




Tradicionalmente, las personas que superan los 40 años a menudo necesitan ayuda óptica extra por su hipermetropía. 


Habitualmente se compran lentes bifocales o alguna línea de lentes de aumento progresivo. Sin embargo, estos cristales tienen un inconveniente: las lentes que magnifican letra pequeña también hacen borrosos a los objetos ubicados a mayor longitud de un brazo de distancia cuando un usuario mira hacia abajo, por lo que suelen ver distorsionada una escalera por donde circulan, por ejemplo, o le cuesta golpear una pelota de golf.



La empresa emPower , plantean manejar ese problema con una inserción inusual de cristales líquidos en la parte inferior de las lentes: cristales similares a los empleados en las pantallas de televisión. Los cristales pueden actuar como una lente, refractando o modificando el haz de luz, tal como se consigue con diferentes espesores del cristal en las gafas tradicionales.


Para incrementar la potencia en los anteojos para leer, los usuarios deben tocar un costado del marco. Las pilas en el marco enviarán una corriente eléctrica que cambiará la orientación de las moléculas en los cristales. Toque el lado del marco de nuevo, y el poder de leer desaparecerá, regresando a la visión a distancia. Usted puede apagarlo para golpear una pelota de golf y, reajustarlo cuando debe anotar el puntaje.

Las gafas, elaborados por PixelOptics - en Roanoke, Virginia - estarán en el mercado esta primavera – al principio en  Virginia y Carolina del Norte, y más tarde a nivel nacional. El precio estimado de U$A 1,000 a U$A 1,200, incluyen cuadros, lentes, revestimientos y el cargador.

Las gafas tienen una lista de piezas asociadas más con los iPods que con la óptica. La capa transparente de los cristales líquidos y su guía de electrodos están ocultos debajo de la superficie frontal de las lentes. Las monturas de gafas tienen microchips diminutos, baterías recargables y los cables que suministran electricidad a las lentes. También se han incorporado acelerómetros, unos dispositivos que detectan el giro hacia abajo de la cabeza, como para ver una página, que puede activar el sistema de lectura automáticamente.


Es necesario cargarlos por la noche – cada dos o tres días – pero no tienen problemas por contacto con el agua, o en caso de caídas. Y a pesar que los anteojos trabajan con electrónica, no se ven de esa manera, se parecen mas bien a gafas normales, de gama alta.

El mercado de las gafas de aumento, no es probable que incluya a los jóvenes. "Alrededor del 80 por ciento de las personas que llevan gafas de lectura ya han pasado 40 años," El año pasado, unos 20,6 millones de pares de lentes progresivas, y alrededor de 16,2 millones de pares de lentes bifocales, se vendieron en los Estados Unidos.

El trabajo sobre las nuevas lentes se inició con cristales líquidos para las pantallas de computadora, y  no en las gafas. En 1999, el Dr. Blum y su grupo estaban trabajando sobre diferentes maneras de ayudar a los ancianos a poder leer en una pantalla de ordenador. 



Originalmente, se tenía la esperanza de poner esas lentes para mejorar la lectura directamente en la pantalla de cristal líquido en los equipos. Pero a medida que las pantallas se hicieron más delgadas, ya no era práctico hacerlo.

"Así que tuvimos que tomar lo que pensábamos poner en la pantalla del ordenador y lo pusimos en los lentes", dijo Blum.

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