En la sociedad argentina tenemos estadísticas nacionales sobre salud y mortalidad infantil, edad de la población, educación, accidentes, etc. Pero nunca debemos olvidar que, al mismo tiempo que las estadísticas sirven para exhibir situaciones, de acuerdo al contexto que se presenten también sirven para OCULTARLAS.
Porque suelen presentar una realidad homogénea, cuando en verdad tenemos una enorme diversidad. Un buen ejemplo es el informe del promedio de vida.
Podemos estimar que existe aproximadamente 1/3 de la población con enormes necesidades, bajísima educación, graves problemas económicos, sanitarios y alimenticios y que concentra el mayor porcentaje en la mortalidad infantil, accidentes viales, enfermedades infecto-contagiosas y de origen sexual, e inseguridad. Y con una expectativa promedio de vida que ronda los 60 años.
Los 2/3 restantes, en tanto, con una situación mucho más desahogada, solo sufren una ínfima proporción de esos problemas, y por ello obtienen una expectativa de vida cercana a los 90 años.
El entremezclamiento de estos dos grupos homogeneiza y falsea esas realidades diferentes, y entonces nos indica una expectativa promedio de vida de 75/78 años, de acuerdo al censo 2001 (la variación corresponde a cada sexo).
Ahora bien, además de las diferencias expuestas, también hay otra clase de diferenciación, que es la conducta social.
El primer grupo ha aprendido a reclamar solución a sus problemas actuando en grupo, masivamente, con un fuerte sentido de pertenencia a un sector. Y logra mantener en los primeros planos de la información y agenda política a sus problemas y necesidades. Pero su baja tasa de supervivencia, oculta y disimulada en el marco general, NO CONSIGUE LA MISMA PREPONDERANCIA.
El segundo grupo, en cambio, siempre ha intentado solucionar sus carencias de manera interna, sin solicitar ayuda estatal, con esfuerzos muchas veces individuales (la mayoría silenciosa).
Así, a los problemas sanitarios ha respondido con la creación de gran cantidad de clínicas e instituciones particulares, a los problemas educativos y deportivos con colegios privados, institutos y clubes, a los problemas de inseguridad con guardias privados, sistemas de alarma y monitoreo, etc.
Pero ahora se enfrenta a una nueva cuestión, de la que no conoce antecedentes ni ha aprendido a elaborar respuestas: LA INEDITA PROLONGACION DE SU CICLO DE VIDA. (Una situacion que a la vez es un premio y un castigo, si no se anticipan y solucionan los problemas que sobrevienen con la edad avanzada).
Todo un sector social que en muy pocas ocasiones se hizo escuchar, deberá aprender a reclamar sus derechos. A hacer valer su número e influencia. A exigir soluciones. Porque en esta cuestión, los esfuerzos individuales ya no serán suficientes. Ni asegurarán resultados satisfactorios. Y para eso se requiere, entre otras acciones:
1. Ajustar la legislación sobre salud para habilitar, transformar e incorporar los nuevos tipos de instalaciones sanitarias y de cuidados que serán necesarias.
2. Replantear las estrategias educativas para formar mayor cantidad de médicos, enfermeros, psiquiatras y hasta arquitectos mejor preparados para tratar con una población crecientemente anciana.
3. Modificar criterios financieros para posibilitar instrumentos económicos como la Hipoteca Revertida.
4. Exigir cambios en las reglamentaciones edilicias y normas urbanas para adaptar las construcciones y ciudades a todas las exigencias de este creciente sector.
Las situaciones novedosas, reclaman reacciones diferentes. ¡Hay que sacudir la modorra, la autosatisfacción, la apatía y actuar ya!. Porque cada día que pasa, es una oportunidad perdida.
Para todos.
En mi familia tenemos un grave problema y no sabemos a quien acudir para solucionarlo, hace algunos años diagnosticaron a mi madre la enfermedad del Alzheimer, aun estando medicada la enfermedad lógicamente va avanzando y necesita atención continuada, el problema radica que mi padre es el que se encarga de ella pero claro es una persona mayor con casi 90 años que no ve bien no oye y su movilidad es reducida, varias veces hemos intentado convencerle de que en una residencia estarían los dos bien atendidos y no tendrían ningún problema ya que en las residencias el personal que allí trabaja está preparado para el cuidado de personas en su situación, pero el se cierra en banda y no quiere por nada del mundo. Contrata a chicas inmigrantes para que se hagan cargo de ellos pero aquí es donde vienen los problemas, las acosa, les ofrece dinero para mantener relaciones con ellas y no sabemos que mas cosas hará. Nosotros no sabemos que hacer.
ResponderEliminarNecesitan acudir a un medico psiquiatra para que lo revise. Esa conducta no es normal, y puede ser indicio de otros problemas. Ademas, alguna de esas empleadas o sus familiares pueden reaccionar y agravar el tema.
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