24 de marzo de 2012

Ruidos y sordera

Las tres enfermedades crónicas mas comunes en los ancianos son: la Hipertensión, la Artritis, y la SORDERA. Esta última afecta a mas de un tercio de los ancianos mayores de 65 años, y hasta el 80% de los mayores de 85.

Los impedimentos acústicos, al igual que los visuales, disminuyen la calidad de vida en los ancianos. Se ha sugerido que la audición puede integrar los problemas asociados con la demencia y representan un factor ambiental que contribuye a crear problemas de conducta.porque pueden experimentar depresión, ansiedad y aislamiento social.

Se ha sugerido que los problemas vinculados con la sordera (por ejemplo confusión y desorientación) puede parecer similares a los síntomas vinculados con la demencia. Por ello los desórdenes de audición a veces no son tratados, o lo son de manera incorrecta.

Para apoyar la independencia de los ancianos necesitamos reforzar el cuidado sobre su entorno acústico. Que es uno de los temas mas difíciles de tratar en instalaciones para ancianos. Y aunque pueden hacerse tratamientos acústicos luego de construidos, suele ser mucho mas económico y eficaz el prever esta cuestión desde las primeras líneas del diseño arquitectónico.


Actualmente las instalaciones geriátricas registran niveles de ruido de entre 65 a 90 decibeles, cuando la recomendaciones sugieren su superar los 50, y en la noche mantenerlo en 35 decibeles. Hay un muy largo camino por recorrer...

Hay dos tipos básicos de ruido. El ambiental, y el localizado por acción de equipos mecánicos. El ambiental puede prevenirse con un diseño adecuado que aleje las áreas ruidosas de las de descanso, incorpore pisos alfombrados, cielorrasos con paneles absorbentes, puertas y ventanas de baja transmisión sonora, y paredes con espesores adecuados.

Los cuartos de baño suelen ser particularmente ruidosos, y eso incita a conductas rebeldes, por ejemplo en pacientes de Alzheimer en el momento de su baño. Es recomendable allí incorporar la mayor cantidad posible de superficies ¨blandas¨ y cielorrasos acústicos resistentes a la humedad y hongos para facilitar experiencias placenteras.

El segundo tipo de ruido surge fundamentalmente de los equipos de limpieza (aspiradoras, lava-alfombras, pulidoras, etc. con niveles insoportables que suelen provocar graves alteraciones a los pacientes sensibles), y los diferentes sistemas de extractores de aire, compresores, instalaciones sanitarias, etc. que pueden limitarse con una cuidadosa selección de sistemas y ubicaciones. Al respecto, en el momento de comprarlos es conveniente evaluar el ruido que emiten estos equipos con el mismo cuidado con que se comparan sus precios.

En las instalaciones para su salud, los residentes TIENEN DERECHO a esperar un entorno silencioso y pacífico. El impacto auditivo de su entorno es lo que suele determinar cuándo unas instalaciones son percibidas como de apoyo terapéutico, y cuándo como un ambiente hostil.

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