Informe publicado el 15 de junio en La Gaceta de Tucumán (Argentina)
"No estamos en un país en el que se planifiquen acciones para tratar mejor y cuidar a sus ancianos. No hay programación gerontológica en la Argentina".
Según Luis Presti, uno de los pocos médicos gerontólogos de la provincia, esa fue una de las principales conclusiones del XII Congreso de Gerontología y Geriatría que se realizó a principios de mes en Buenos Aires y del que participaron profesionales de toda Sudamérica.
"El maltrato en la casa puede darse de muchas maneras, no sólo físicamente. También está el maltrato económico, cuando los familiares directos aprovechan alguna enfermedad mental del anciano y se quedan con algún inmueble, por ejemplo. También cuando le hacen faltar el dinero para mantenerse, que es algo muy común, lamentablemente", afirmó el especialista, que se desempeña como docente del posgrado en Gerontología Médica de la UNT.
Presti remarcó que la indiferencia también es una forma de violencia muy típica y que afecta mucho a los mayores. "Pero la indiferencia no viene sólo desde la familia, sino también del Estado: a pesar de existir una sentencia judicial, el Gobierno no otorga el 82% móvil en las jubilaciones. Entonces, todos los miércoles vemos a los viejitos en la plaza y pareciera que nadie los escucha. Eso también es violencia y maltrato", aseguró Presti.
Esta es la dura realidad.
En Argentina y muchos otros países del mundo.
Por eso, he reiterado en numerosos comentarios, es absolutamente insensato desentenderse de esta cuestion confiando en una hipotética acción de los poderes públicos.
En este tema, probablemente lo que no se prevea o realice por y para sí mismo, NADIE LO HARÁ.
Lamento estar totalmente de acuerdo.
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