¿Qué son las Co-Viviendas?

La Co-Vivienda es un conjunto de viviendas integradas en un sentido de colaboración, en el que los residentes participan activamente en el diseño y operación de sus propios vecindarios. Los residentes en una co-vivienda están conscientemente comprometidos a vivir como una comunidad. 

El diseño físico de las co-viviendas estimula el contacto social pero preservando los espacios individuales. Las casas privadas contienen todas las características de las viviendas convencionales, pero los residentes también tienen acceso a amplias instalaciones comunes tales como espacios abiertos, patios, un parque infantil y una sala común. Las comunidades de co-vivienda proponen obtener mejores ambientes, donde la gente de todas las edades pueda crecer y envejecer mejor.

Con el sentido tradicional de un barrio

La idea de Co-Viviendas se originó en Dinamarca, y fue promovido en los EE.UU. por los arquitectos Kathryn McCamant y Durrett Carlos en la década de 1980. El concepto danés de "comunidad de vida" se ha extendido rápidamente. En todo el mundo, ahora hay cientos de comunidades de co-vivienda, pasando de Dinamarca a los EE.UU., Canadá, Australia, Suecia, Nueva Zelanda, los Países Bajos, Alemania, Francia, Bélgica, Austria y otros países.

Las comunidades de co-vivienda generalmente están diseñadas como viviendas unifamiliares a lo largo de una o más calles peatonales, o agrupadas en torno a un patio común. Su tamaño varía desde 7 hasta 67 viviendas, aunque la mayoría de los grupos ya realizados se mantienen entre los 20 a 40 hogares. Sin importar el tamaño de la comunidad, siempre se proponen muchas oportunidades para celebrar reuniones informales entre los vecinos, así como para planear reuniones, tales como fiestas, clubes y reuniones de negocios.

Conjunto en Munkesogaard (Dinamarca)

La casa común es el centro social de la comunidad, con un amplio comedor y cocina, salón, instalaciones recreativas, espacios para niños, y con frecuencia una habitación para dormir, taller y sala de lavandería. Las comunidades suelen servir comidas grupales en la casa común por lo menos dos o tres veces a la semana (opcionales para sus integrantes). 

La necesidad de los miembros de la comunidad de cuidar de la propiedad común construye un mejor sentido de colaboración, confianza y apoyo. Debido a que los vecinos tienen el compromiso de relacionarse el uno con el otro, casi todas las comunidades de co-vivienda utilizan el consenso como la base para la toma de decisiones colectivas.

¿Cuáles son las seis características que definen la Co-Vivienda?

Si bien estas características no siempre son fieles a cada comunidad de vivienda colaborativa, sirven para distinguir una co-vivienda de otros tipos de vivienda de colaboración:

1.      El proceso participativo. Los futuros residentes participan en el diseño de la comunidad para que se ajuste a sus necesidades. Algunas comunidades de co-vivienda se inician o son conducidas por un promotor. En esos casos, si el desarrollador incorpora en ese proceso de planificación al futuro grupo residente de manera tardía, los residentes tendrán menos participación en el diseño. Un buen diseño, pero sin una participación significativa de los residentes en la planificación puede tener toda la intención, pero no será una comunidad de viviendas cooperativas.

2.      Diseño del entorno. El diseño físico y la orientación de los edificios (el plano del sitio) fomenta un sentido de comunidad. Por ejemplo, las residencias privadas se concentran en un sitio, dejando más espacio abierto para compartir. Las viviendas suelen estar enfrentadas entre sí a través de una calle peatonal o un patio, con los coches estacionados en la periferia. A menudo, la puerta delantera de cada casa está orientada en dirección a la casa común. Lo que es mucho mas importante que cualquier detalle, sin embargo, es la intención de crear un fuerte sentido de comunidad, con el diseño como instrumento facilitador.

3.      Las instalaciones comunes. Las instalaciones comunes están diseñados para el uso diario, son una parte integral de la comunidad, y siempre complementarias a las residencias privadas. La casa común suele incluir una cocina, comedor, sala de estar, sala de juegos infantiles y servicio de lavandería, y también puede contener un taller, biblioteca, gimnasio, sala de manualidades y / o una o dos habitaciones. Excepto en algunas parcelas urbanas con dimensiones muy ajustados, las comunidades de co-vivienda a menudo tienen un parque infantil, jardines y jardines. Cuando los edificios se agrupan, los espacios más grandes pueden mantener varias hectáreas sin desarrollar o mucho espacio abierto compartido.

4.      Gestión del propio Residente. Los residentes gestionan sus propias comunidades de co-vivienda, y también realizan la mayor parte del trabajo necesario para mantener a la propiedad. Participan en la preparación de comidas comunes, y se reúnen periódicamente para resolver problemas y desarrollar políticas para la comunidad.

5.      No hay una estructura jerárquica en la toma de decisiones. Los roles de liderazgo existen, naturalmente, en las comunidades de vivienda cooperativa. Sin embargo ninguna persona (o personas) tiene autoridad sobre las demás. La mayoría de los grupos empiezan con uno o dos iniciadores. Cuando la gente se une al grupo, cada persona toma una o más funciones compatibles con sus habilidades, capacidades o intereses. La mayoría de los grupos de co-vivienda toman sus decisiones por consenso, y, aunque muchos grupos tienen una política para realizar una votación si el grupo no puede llegar a un consenso después de varios intentos, rara vez o nunca es necesario recurrir a la votación.

6.      La economía no es compartida. La comunidad no es una fuente de ingresos para sus miembros. De vez en cuando, una comunidad de vivienda colaborativa pagará a uno de sus residentes para hacer una tarea específica (por lo general por tiempo limitado), pero típicamente la obra será considerada como una contribución del usuario a las responsabilidades compartidas.